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Valiente guerrero que te enfrentas a lo desconocido, tus armas son: el bien, para así, evitar los karmas, y las malas circunstancias. La conciencia; para que tu despertar sea genuino, y percibirlo todo; aún las más altas esferas.
Eres tan grande y poderoso, que tu situación ha sido comparada con un grado nada más, menor que el de los mismos ángeles.
Aún no sabes de las certeras y verídicas palabras que el Divino Rabí, Jesús, dijera: ¡que eres un Dios en miniatura!
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— Rosur.