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Como el Ave Fénix he vuelto, y con mis brazos abiertos como alas, he resurgido… Los que pensaron que me habían aniquilado, con sus ojos desbordantes y sus bocas abiertas entraron en un éxtasis de asombro.
He renacido de tinieblas espesas y de tormentas, a una luz diáfana y eterna. He puesto a prueba a mi propio valor y me he dado cuenta que, mi verdadera fuerza se halla en mi interior; donde reposa mi verdadero ser: en un altar, un pedestal, un trono llamado corazón.
He vuelto, para quedarme en la luz de la verdad, que me hará libre, poderoso y eterno…
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— Rosur.
