«
Oh hálito de vida, que pasas apresurado, a veces como el agua y no te puedo retener, eres mi anhelo, mi tesoro que guardo como cuando en mi infancia jugaba a las escondidas.
Vida mía, vida del alma, tantas cosas contigo aprendidas, y tú me enseñaste que todo lo que me sucede fue predispuesto por mi propia energía, al escoger caminos y acciones que yo pensaba no irían a repercutir, algún día.
Vida, asomo al universo, a lo creado. Estar contigo es hacer parte del cosmos y del plan divino de la perfección, que nos llevará a la eternidad, algún día.
»
— Rosur.