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De paseo por el Pantano de Vargas

El Pantano de Vargas, su historia, su monumento, y algo más…

Invitada por mi amiga Aura Parrado al Pantano de Vargas o Vargas como le dicen los lugareños, de un momento a otro programé viaje y me encontré con un sitio que además de su historia, es un sitio agradable, con una temperatura ideal. Su gente es amable, dispuesta a ayudar a los demás y saben muy bien de atención al cliente por ser un sitio que vive del turismo.

El Pantano de Vargas queda en la zona rural de Paipa que se mezcla con un toque de pueblo alrededor del Monumento a Los Lanceros o también llamado Los Lanceros del Pantano de Vargas. Al amanecer te despierta el canto de los gallos, el cacareo de las gallinas y el mugido de las vacas. Puedes ver a los campesinos que habitan ese espacio ordeñando a sus vacas muy temprano.

Para llegar allí, se toma una flota que te lleva a Paipa, te bajas en la Concha Acústica del parque principal, para tomar luego un colectivo que te lleva al Pantano de Vargas y que sale cada media hora. 

Durante el viaje puedes observar un paisaje de diferentes tonos de verde a medida que te vas encumbrando por el terreno montañoso y finalmente llegas al valle angosto del río Chicamocha. El recorrido desde Bogotá al Pantano de Vargas puede tardar de 3 a 4 horas.

Entre semana sus habitantes se dedican a su rutina diaria y los fines de semana y festivos se disponen a atender a la gran cantidad de turistas que llega a visitarlos, el lugar se activa enormemente.

A menos de media hora del monumento, encuentras varios sitios en donde puedes disfrutar de aguas termales para todos los gustos y presupuestos, así que no hay disculpa para no tomarse un baño en esas aguas beneficiosas.

Junto con las aguas termales que fueron en principio el detonante para que ese sector fuera pensado como sitio turístico, también está su historia que recuerda el paso de las tropas patriotas el 25 de julio de 1819, un día después del cumpleaños de Simón Bolívar. Se le denomina el Pantano de Vargas porque una de las quebradas que desemboca en el río Sogamoso, llamada Vargas, se estancaba en la parte de la planicie del valle, creando así una zona pantanosa.

El Cerro de Bolívar es otro de los atractivos históricos del lugar, aunque desde ahí se inicia el municipio de Tibasosa. Cuentan los habitantes del sector que allí dentro una piedra hueca se escondió Bolívar de los realistas, curiosamente la abertura del hueco de la piedra tiene forma de posición fetal, al revisar e intentar meterse, efectivamente cabe una persona acostada. 

En este cerro, Bolívar se encomendó a la Virgencita de Tutazá diciendo: “Virgen de allá donde hacen tiestos, se nos vino la caballería y se perdió la batalla” y le dijo a Juan José Rondón: “Coronel salve usted la patria. Ocupe aquellas posiciones y apague el fuego de los enemigos.” De inmediato Rondón en su caballo bajó el cerro gritando: «¡Que los valientes me sigan!» y es así que en principio 14 lanceros lo siguen. Fue un momento decisivo para ganarle a los realistas, siendo el inicio de la victoria por parte de los patriotas.

Desde allí se puede apreciar en su totalidad el valle y el Cerro del Cangrejo donde se libró la batalla del Pantano de Vargas, hoy en día está el monumento en honor a los lanceros que es catalogado como el más grande de Colombia, fue creado por el escultor Rodrigo Arenas Betancourt y su construcción la dirigió el ingeniero Guillermo González Zuleta con motivo de la conmemoración de los 150 años de la independencia en 1969. Aunque se inauguró en julio de 1970.

En la escultura se recrearon los catorce jinetes comandados por el Coronel Rondón y 15 caballos de bronce, cada uno pesa 3 toneladas. Toda la estructura pesa en total 235 toneladas. Mide 100 metros de largo, 30 de ancho y 33 de alto. Se deben subir 36 escalones para admirar el monumento de cerca, estos escalones representan los 36 años que había cumplido Simón Bolívar el día anterior a la batalla. En 1975 fue declarado Monumento Nacional y en 1985 su imagen apareció en el reverso de una serie de billetes de 1.000 pesos.

Los catorce jinetes representados corresponden a los nombres de: Capitán Julián Mellao (Venezolano), Capitán Valentín García (Venezolano), Capitán Miguel Lara (Colombiano), Capitán Domingo Mirabal (Venezolano), Capitán Celedonio Sánchez (Colombiano), Teniente José de la Cruz Paredes (Venezolano), Teniente Rozo Sánchez (Colombiano), Teniente Pablo Matute (Colombiano), Teniente Pedro Lancheros (Colombiano), Sub. Teniente Bonifacio Gutiérrez (Colombiano), Sub. Teniente Saturnino Gutiérrez (Colombiano), Subteniente Miguel Segovia (Venezolano), Subteniente Pablo Segovia (Venezolano) y el Sargento Inocencio Chincá (Colombiano).

Quien esté interesado en conocer más acerca de la ruta libertadora encontrará alrededor del monumento a Los Lanceros, casas museo y también casas que son de propiedad privada, pero que tuvieron que ver con el paso de Bolívar por esta tierra boyacense. Es un sitio para darse el gusto de caminar al aire libre y respirar aire puro.

Finalmente en nuestro recorrido veredal también encontramos casas con arquitectura moderna que han venido construyendo sus habitantes y curiosamente encontramos una máquina excavadora abandonada a su suerte, como detenida en el tiempo, con su última carga excavada, que poco a poco el pasto está cubriendo, creando así un “monumento natural” a la modernidad de este sitio encantador.

PANTANO DE VARGAS
Autor: Vilma Guzmán 
Fuente: enciclopedia.banrepcultural.orgboyaca.gov.coes.wikipedia.orges.wikipedia.orgissuu.comenciclopedia.banrepcultural.orges.wikipedia.orges.wikipedia.orgcanalinstitucional.tvboyaca.gov.coeltiempo.comcolmundoradio.com.coeltiempo.commincultura.gov.coweb.archive.orghistoria-biografia.com 
Video: youtube - Foccus TV 
Imagenes: Archivo personal Vilma Guzmán

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