Somos seres bellos a pesar de ser tan humanos. A veces impacientes y superficiales. Pero al fin de cuentas, tenemos nuestra Esencia Divina que a veces, no somos conscientes que la poseemos, ni tampoco que somos seres espirituales, viviendo una mágica experiencia.
Esa divinidad que llevamos dentro de nosotros, no la percibimos porque, la mayoría de veces estamos muy ocupados. Nos sumergímos en un mar de deudas con tal que el vecino nos mire con sorpresa, porque somos esclavos de nuestra imagen proyectada a los demás y de nuestras apariencias.
Buscamos un visto bueno, una aceptación a toda costa, porque no sabemos que el verdadero héroe en esta existencia, es el que logra la capacidad de remontarse en lo espiritual, porque al fin y al cabo, en nuestro lecho final, es lo único a lo que nos podemos aferrar.
Rosur.