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Espíritu Divino, eterno como el mismo cosmos, brillante como las estrellas. En la madrugada, cuando todo el mundo calla, elevo mis plegarias como en toda mañana.
Y tú, me respondes de una manera sublime, haciendo sonar los sonajeros que penden de mi ventana. Tu presencia sutil hace regocijar mi alma.
No me siento ya más solo, en el silencio de la noche, pues en ese momento excelso de comunicación, hiciste refulgir mi interior como si fuera una canción
»
— Rosur.