«
En realidad todos somos importantes, y somos parecidos a las notas musicales, en este caso, las notas esenciales de la vida. Cada cual aporta a la existencia de otros, una sazón, un ingrediente que no debe faltar a la melodía.
Estará la ternura de la tía, el gobierno del padre, las ocurrencias de María. La inolvidable presencia de la abuela, los detalles de Clemencia. Todo esto y más cuando se reúne la familia, va danzando como una fórmula mágica que nos hace saborear verdaderamente, lo que es la vida.
Y será lo que recordaremos, lo que llenará nuestros sueños, cuando cada uno de los miembros vayan faltando, porque cada uno ya ha participado en la función y ya varias veces a alguno de ellos, se les ha acabado su aparición, pero quedarán los recuerdos en nuestro subconsciente que no es pequeño, y añoraremos aquellos momentos y en silencio querremos volver a vivirlos, pero ya todo no será lo mismo, porque cada cuál aportaba algo que verdaderamente; era especial.
»
— Rosur.