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¡Oh sublime presencia que con tu ser me acaricias, son tus orígenes lejanos, los que se asoman en el crepúsculo de la tarde.
Tu ser, celebró hoy, benditos sean tus pasos en esta: amada Madre Tierra.
Tu mirar sublime, me habla de eones de historia. Tú eres como un bálsamo reconfortador para aquellos que empiezan la senda!
»
— Rosur.