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Cuando nuestro organismo nos falla, nos damos cuenta de la realidad de la vida, de su fragilidad como materia y de su belleza efímera.
Cuando enfermamos, nos damos cuenta: lo fácil que es perder el balance de nuestro sistema biológico.
Se enferma primero el espíritu y se manifiesta o somatiza luego en nuestro cuerpo.
En conclusión, lo único que verdaderamente, vale la pena vivir, es lo Espiritual.
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— Rosur.