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Soñé con un objeto discoidal de barro, donde los discípulos de Jeshua posaron sus dedos, dejándolos marcados para tiempos venideros.
Tal artefacto, se hizo sagrado con el tiempo, llegando a ser una joya y un tesoro aún no descubierto.
En los concilios, los cardenales de antaño lo buscaban, porque sabían que alguno entre ellos lo poseía en secreto.
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— Rosur.