La importancia de la escucha activa en nuestras relaciones

En nuestra vida diaria, en cualquier actividad, siempre nos vemos en la situación de tener que prestar atención a lo que dicen los demás. Sin embargo, ¿realmente estamos escuchando o simplemente oyendo? Es importante recordar que entre escuchar y oír hay una gran diferencia.

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Ya decía Winston Churchill : “El coraje es lo que se necesita para pararse y hablar, también es lo que se necesita para sentarse y escuchar”. 

Oír es la percepción de sonidos a través del sentido de la audición. Es un proceso involuntario que ocurre cuando las ondas sonoras llegan a nuestros oídos y son procesadas por el sistema auditivo. Podemos oír el canto de un pájaro, el timbre de la puerta o una conversación a lo lejos.

Escuchar implica prestar atención y comprender lo que se oye. Es aquí donde entra en juego el concepto de escucha activa.

¿Qué es la escucha activa?

La escucha activa es una forma de escuchar atentamente lo que otra persona está diciendo, con el objetivo de comprenderla a fondo. Para lograrlo, se debe evitar planificar lo que se va a responder y centrarse en el mensaje del interlocutor. Se pueden utilizar técnicas como parafrasear lo que se escucha o hacer preguntas específicas para profundizar en el tema.

Importancia de la escucha activa en diferentes ámbitos:

En todos los espacios que compartimos ya sea con familiares, amigos o en el ambiente laboral es importante saber escuchar a quienes nos rodean.

En el caso de la familia, y en particular con los hijos, la escucha activa es fundamental para fortalecer el diálogo y crear un ambiente de confianza. Se debe evitar juzgar o burlarse de las opiniones de los hijos, y en cambio, mostrar tolerancia y comprensión. Una forma de fomentar la escucha activa en la familia es pasar tiempo juntos y realizar actividades en común.

Consejos para desarrollar una buena escucha activa

Prepararse para escuchar:

  • Establecer un objetivo: Determinar el propósito de la conversación.
  • Crear un ambiente adecuado: Buscar un lugar tranquilo y libre de distracciones.
  • Prepararse mentalmente: Dejar de lado pensamientos y preocupaciones.

Involucrarse en la escucha activa:

  • Prestar atención total: Concentrarse en el interlocutor y evitar interrupciones.
  • Utilizar el lenguaje no verbal: Mantener contacto visual y una postura abierta.
  • Demostrar interés: Asentir con la cabeza y expresar emociones adecuadas.

Hacer preguntas:

  • Formular preguntas abiertas: Permitir respuestas amplias y detalladas.
  • Evitar preguntas cerradas: Que solo se respondan con «sí» o «no».
  • Buscar información: Solicitar aclaraciones cuando sea necesario.

Reflexionar sobre la escucha:

  • Evaluar el desempeño: Analizar qué aspectos funcionaron bien y qué se puede mejorar.
  • Identificar áreas de oportunidad: Buscar formas de optimizar la escucha en futuras conversaciones.

Beneficios de la escucha activa:

Mejora el aprendizaje: Facilita la comprensión y retención de información.

Fortalece las relaciones: Genera confianza, empatía y conexión con los demás.

Profundiza las conversaciones: Permite un intercambio más significativo de ideas y emociones.

Resuelve conflictos: Facilita la búsqueda de soluciones satisfactorias para todas las partes.

Reduce el estrés y la ansiedad: Brinda apoyo emocional y comprensión.

Promueve el autoconocimiento: Ayuda a comprender mejor las propias emociones y necesidades.

Escuchar de verdad es un acto de empatía y respeto. Nos permite comprender mejor a los demás, construir relaciones más sólidas y resolver conflictos de manera más efectiva.

Autor: Vilma Guzmán                                                                                                    Fuente: asana.com, blogs.iadb.org, es.catholic.net, pelimexic.com, .
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Imágenes: Diseño Vilma Guzmán en Canva