Cuando entras en conciencia, eso que le llaman iluminación, a una edad temprana, habla de tus días y de tu alma anciana, que sigue rondando con tu sabiduría descubierta.
Pero cuando la antorcha de la luz se despierta en tu juventud, es porque un largo camino has recorrido y has llegado a tan gran virtud, que un Cristo en tí a nacido, y a vuelto a redimir a sus polluelos al redil.
Y cuando esa luz maravillosa, se despierta a tu edad ya adulta, donde has alcanzado el fanal de la sabiduría, es porque has recorrido mucho, pero aún estás en la mitad del camino.
Consecuentemente, si llega ésta, en tu ocaso avanzado, cuando la nieve llega a tus cabellos, es porque aún eres un niño, que necesita que le muestren el camino. Y después ¿qué continua? Cuando la luz viene a la puerta de tu conciencia, ya cuando tus pies se levantan de la tierra, cansados y con quejas, es porque eres un bebé del universo, porque estás empezando por fin el camino de la superación y te hayas a las puerta de la luz que proporciona el universo.
Rosur.