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Al ver el cuerpo de mi padre deteriorarse, percibí un anuncio, un recuerdo del cosmos, que me refrescaba la memoria, que un día algo así me sucedería.
Mi progenitor fue mi antecesor porque pasó primero todas las transmutaciones que yo iba a tener, muchas de ellas, antes de que me concibiera: fue bebé antes que yo, fue adolescente antes que yo, fue adulto antes que yo, anciano antes que yo, y ha desencarnado antes que yo.
Algo de mí se fue con él, pero me dejó la advertencia que, la vida es pasajera por más lisonjera que esta suceda. Que ella tan sólo la experiencia nos hereda. Y que al final lo espiritual es lo único que vale la pena.
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— ROSUR.
